lunes, 21 de abril de 2014

Postmarxismo



1.- ¿Cómo funciona la literatura como ideología?

Para contestar esta pregunta debo plantear que  el marxismo, particularmente la crítica marxista, hace una división: consciencia (individual) y actuar (colectivo).  Esta idea se sostiene hasta el postmarxismo. Si bien la conciencia es individual, no podemos descartar que esté condicionada por lo colectivo y las relaciones sociales, a su vez, tienen en común una vida material. Así como estas relaciones sociales, para Marx la literatura encierra (se condiciona) por su contexto.
Althuser complementa esta idea postulando que la literatura no sólo está condicionada por un contexto, sino que ese contexto es parte de un imaginario, este contexto es una ideología social, es decir, es las diversas formas en las que un hombre contempla su alrededor, en este caso podría ser la realidad del autor, por ejemplo. Pero también es las diversas formas que diversos hombres contemplan a su alrededor, que a su vez se condicionan por la mentalidad social dominante.
Así, la literatura pretende entretejer esta diversidad de mentalidades sociales.
La crítica marxista pretende explicar el trabajo literario: lo que produce una sociedad condicionada por la época, las formas y estilos predominantes.
Entiendo que la literatura es el reflejo –y al mismo tiempo está condicionada- de un imaginario social, pero que al mismo tiempo va modificando a la sociedad, es decir, está tan sujeta a la realidad social que se deja condicionar y al mismo tiempo condiciona la realidad. Lo vemos claramente en las corrientes literarias hispánicas.
No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino que el ser social es lo que determina su conciencia. Las relaciones sociales entre los hombres, es decir, están ligados a la forma en que producir su vida material.


2.-¿Cómo se relacionan la forma y el contenido?

Marx decía que la forma y el contenido eran una “unidad”. Heggel decía que “cada contenido determina su propia forma”, postuló la idea de un mundo-espíritu y estas son las equivalencias:

Mundo      -->       FORMA        -->     Material
Espíritu     -->   CONTENIDO   -->     Absoluto

Me recuerda a lo postulado por Saussure en el Curso de lingüística general con respecto al signo lingüístico: “El signo lingüístico no une una cosa y un nombre, sino un concepto y una imagen acústica. Esta última no es el sonido material, […] sino la psíquica de ese sonido” (p.102) En donde el significado es equivalente al contenido y el significante a la forma. 

La forma y el contenido, como dice Marx, forman una unidad indisociable, sin embargo, históricamente hablando, la forma está sobre el contenido, pues bien, el contenido no cambia, el concepto puede no variar en un período corto, pero la forma sí va a variar (transformar y ser transformado) dependiendo de la época y la ideología.


Bibliografía
Eagleton, Terry. 2006. Marxism and Literary criticism. Routeledge. Londres.