Cultura es todo aquello que somos y lo
que nos rodea, significa que hay una interrelación con el medio social.
Partiremos de esta postura para insertar otro concepto elemental para
continuar: la comunicación. ¿De qué manera la insertaremos? La comunicación es
la que permite las diversas formas de interacción y relación entre las personas
y las comunidades. A través de la comunicación se concreta la vida social. Yves
Winkin, un profesor de ciencias de la información y la comunicación en una
universidad especializada en la "antropología de la comunicación" y
director del Instituto Francés de Educación dice:
la
cultura y la comunicación son términos
que representan dos puntos de vista o dos métodos de presentación de
interrelación humana, estructurada, regular. En “cultura” el acento se pone en
la estructura, en comunicación “en el proceso” (Ibid p. 79).
Para que la comunicación se pueda llevar a cabo a grandes distancias: teléfono,
celular, correo electrónico. Hay también otro tipo de medios de comunicación que se diferencia de
los anteriores por la capacidad que tienen para dirigirse a un colectivo
social, a este tipo lo denominaremos Medios Masivos
de Comunicación o Mass Media y son la televisión, la radio, el periódico, etc.
Las Industrias Culturales son medios de
comunicación social que también
intercambian mercancías. El nombre fue determinado por los estudiosos de la
Escuela Frankfurt, Max Horkheimer, Teodoro Adorno, Erich Fromm y Herber
Marcuse. Y es precisamente en esta Escuela donde se sustituye el concepto
“cultura de masas” por “industria cultural”.
En 1965 Humberto
Eco publica Apocalípticos e integrados en
la cultura de masas, publicación en la que se hacen los primeros estudios
sobre la cultura y los medios: para los años 30´y 40´ la cultura de masas se
resume en Apocalípticos (quienes critican la nueva cultura, elitistas,
aristócratas, etc.) e Integrados (optimistas en la expansión, favoreciendo a
las clases populares). A partir de esta división, McDonald y Shils distinguirán
tres niveles en la cultura de masas: Cultura superior (highbrow): académica;
cultura media (middlebrow): subproducto y de divulgación; cultura brutal
(low-brow): de consumo, sin calidad.
Ahora: ¿Qué nivel
de calidad cultural (lectura) tenemos los mexicanos? Según la Encuesta nacional de lectura del
Consejo Nacional para la Cultura y las Artes
…Dos de cada tres
entrevistados dijeron leer lo mismo o menos que antes, a fines del 2005. Sólo
el 30% declaró leer más. El 13% dice que jamás ha leído un libro. Y cuando se
pregunta a los que no están en ese caso cuál fue el último libro que leyó, la
mitad dice que no recuerda. El 40% dice que ahora lee menos. También un 40%
dice que nunca ha estado en una librería. Dos años antes, en la Encuesta
nacional de prácticas y consumo culturales, también de Conaculta, el 37% dijo
que nunca había estado en una librería. (http://motliz.wordpress.com/2007/12/07/lectura-en-mexico/
“lectura como fracaso educativo. Gabriel Zaid. 19-nov-12)
Actualmente la televisión nos bombardea
constantemente con una programación y publicidad increíblemente estúpida, en
donde más allá de ser un medio de comunicación sustituto de los libros y, al
menos “entretenernos”, manipula. No sólo interfiere en nuestra capacidad de
análisis, de crítica, de elección, de decisión. No sólo se vuelve nuestra
amante, nuestra hermana, nuestra madre y maestra – me viene a la cabeza el
fragmento de un texto cuyo título no recuerdo: “Todos se pelean por estar con
ella. Mi mamá pasa el día entero contemplándola, mi papá llega del trabajo y lo
único que quiere es estar con ella, mis hermanos se pelean por jugar con ella…
¡Cómo me gustaría ser la televisión!- No
sólo posee el control sobre nosotros. En palabras de Francis Báez Rodriguez: “Y
los medios se encargaban de reproducir algunos <<valores
adalides>>, sobre todo en las emisiones dedicadas a las mujeres. Así se reforzaba la tradición
en medio del cambio.” Si no que juega con nuestra autoestima, baja nuestra
autoestima.
Vivimos en una
sociedad, en una realidad de “machos” en la que desde niñas nos crían para ser
tener un marido, hijos y ser “las reinas del hogar”.
Llegamos a la adolescencia, y surge el sentimiento de querer saberse,
bonita, de querer tener un buen cuerpo, ¿basándonos en qué? En el prototipo que
aparece en la televisión. Aquí nos alcanzan dos puntos: 1) La televisión sólo
es vista por gente que tiene las posibilidades económicas para obtener una. El
televidente adquiere un “mayor” nivel social. 2) La diferencia racial. Los
televidentes, además, tiene la aspiración de un reflejo, de “querer ser”.
Los programas
televisivos están clasificados por edad, género, posición económica y estilo de
vida. Por ejemplo: para los hombres hay futbol, para los niños caricaturas,
para los adolescentes “comedias de amor” como RBD o Mis XV y finalmente, para
las amas de casa y mujeres en general: las novelas. Aparentemente hemos caído
en un cierto tipo de indiferencia en la que ya no existe esa tensión entre ser
fea y deber ser bella, se debe a que en las novelas la fea, la pobre, la
sirvienta, etc. Tiene una enorme suerte y el galán, el guapo, letrado y
millonario siempre termina enamorándose de ella, ¿qué se percibe? En palabras de
Eco:
Del
personaje al que da vida frente a las telecámaras transpira una mediocridad
absoluta […] No se avergüenza de ser ignorante y no siente la necesidad de
instruirse […] representa un ideal que nadie debe esforzarse por alcanzar,
porque todo mundo se encuentra ya en su nivel.
Todo esto es una paradoja. Detrás de
ese conformismo está el mensaje subliminal. Explico: la mujer es coqueta, necesita
sentirse bonita y amada por naturaleza, muy a pesar del conformismo. Lo que
sucede en la tele es que aunque en las novelas siempre la mujer fea, mediocre y
abnegada es la protagonista, en cada corte comercial se anuncian cremas
reductoras de peso, cremas contra las arrugas, tintes para el cabello y maquillaje
en donde las mujeres son altas, delgadas, relativamente jóvenes y guapas.
Además, al final de la novela, la protagonista termina siendo un guapísima
mujer. Eso es lo que recibimos y lo compramos. Corremos a las tiendas
departamentales para intentar vernos como Silvia Navarro, Maite Perroni o Edith
González. Y finalmente llega la frustración pues aunque casi nos da un infarto
por comprar esa maquinita vibradora que adelgaza, nunca pudimos lograrlo; nunca
pudimos tener las pestañotas de Andrea Legarreta o el cabello sedoso y
brillante de la modelo del shampu.
La
protagonista de la novela no lucha por sus ideas, es floja, abnegada y tonta
pero es bonita y termina obteniendo lo
que quiere para ser feliz. La chica del 2014 sabe que eso no es posible, sin
embargo, es la idea que se nos trata de imponer, ser tonta pero siempre bonita.
EL problema es más grave de lo que se piensa, es la humillación y denigración a
la mujer, al hombre, al país entero.
Los medios no
reflejan a la sociedad pero la sociedad modifica sus valores a partir de la
influencia de los medios: CAPITALISMO.
BIBLIOGRAFÍA
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Taurus historia.
Revisado.
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