En el texto de Genette se plantean cinco relaciones de transtextualidad:
1.-
Intertextualidad: Es la copresencia de un texto dentro de otro
comprendida en tres formas: las comillas (“”), el plagio y la alusión, “un
enunciado cuya plena comprensión supone la percepción de su relación con otro
enunciado al que remite necesariamente tal o cual de sus inflexiones”. (p.10)
La intertextualidad es [...] el
mecanismo propio de la lectura literaria. En efecto, sólo ella produce la
significancia, mientras que la lectura lineal, común a los textos literarios y
no literarios, no produce más que el sentido. (p. 11)
Un
ejemplo en literatura se encuentra claramente en el Sur de Borges cuando hace referencia al Martín Fierro y menciona
a Shahrazad de las Mil y una noches.
Acomodó en la red la valija;
cuando los coches arrancaron, la abrió y sacó, tras alguna vacilación, el
primer tomo de Las Mil y Una Noches.[…] La verdad es que Dahlmann leyó poco; la
montaña de piedra imán y el genio que ha jurado matar a su bienhechor eran,
quién lo niega, maravillosos, pero no mucho más que la mañana y que el hecho de
ser. La felicidad lo distraía de Shahrazad y de sus milagros superfluos.
A
continuación dejo una canción de Sabina, Peces de ciudad en donde se crea una
intertextualidad con Pedro Páramo de Juan Rulfo.
2.-
El paratexto es, según Genette, el tipo de transtextualidad menos explícita y el más distante: título,
subtítulo, intertítulos, prefacios, epílogos, advertencias, prólogos, etc.;
notas al margen, a pie de página, finales; epígrafes; ilustraciones; fajas, sobrecubierta;
es decir, son pequeñas partículas dentro del discurso. Los ejemplos más comunes
que encontramos son los epígrafes: dentro de “Las chicas de alambre”, novela
policiaca escrita por Jordi Sierra, en la que un periodista (el protagonista), tratan
de investigar el asesinato de dos modelos; la novela comienza con este
epígrafe:
“La belleza puede ser la gloria
O la ruina de una persona.
Depende de quién la lleve,
De cómo la lleve, de cómo la utilice
Y a quién se la regala”
.
Lo
mismo podemos ver en distintos títulos, incluso se frecuenta en el cine, por
ejemplo en las películas de Marvel, al final, después de los créditos y el
reparto, Marvel siempre nos regala una partícula más (fuera del discurso), el eslabón
que dará paso a la siguiente película. Otro ejemplo claro es el cine de Buñuel,
la mayoría, al inicio tienen un epígrafe o una partícula visual, que si bien no
nos da un contexto, nos da una especie de introducción que sin ser parte
propiamente del discurso nos da una identidad
textual.
3.-Metatextualidad,
citando a Genette: es la relación […] que une un texto a otro texto que habla
de él sin citarlo, […] sin nombrarlo, por ejemplo en Alicia a través del espejo de Lewis Carroll, donde se establece que
Alicia es una ficha de ajedrez, un peón blanco.
Otro
ejemplo clarísimo lo vemos en el Perseguidor
de Cortázar, si bien es la historia de vida de un jazzista, el cuento es más
que la historia, es una pieza de Jazz.
4.-
Por último, la architextualidad que es una relación completamente muda y
que, como máximo, articula una mención paratextual, por ejemplo en títulos como
Las babas del Diablo de Julo
Cortázar, de entrada nos hace creer que el cuento es de terror por la palabra “Diablo”,
sin embargo, cuando uno finaliza el cuento notamos que podría incluso no tener
relación con el título, que el cuento no es más que un juego de identidades fuera
del género de terror o sobrenatural que implica el título.
Genette
Gérard. Palimpsesto, TAURUS, 1989
Sierra
i Fabra Jordi. Las chicas de Alambre.
Madrid: Grupo Santillana Ediciones S.A., 1999, p 2
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/Cortazar/babas.pdf
Revisado.
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